Las percepciones sobre los contenidos que son adecuados o apropiados para niños en los libros infantiles han cambiado considerablemente con los años. También varían en gran medida según las culturas. Es algo paradójico que mientras numerosas editoriales occidentales insisten que en los libros ilustrados incluyan una alusión clara y perfectamente etiquetada de las edades a los que van destinados, muchos autores y artistas están creando ilustraciones transversales que pueden gustar a diferentes grupos de edad.
La idoneidad estilística de las ilustraciones para niños es un tema subjetivo y controvertido. No existe una investigación definitiva que confirme qué tipos de imágenes con más atractivas o comunicativas para los más pequeños.
La dificultad radica en que las habilidades lingüísticas necesarias para expresar con palabras lo que perciben de las imágenes. Además, pueden ser sugestionables y propensos a decir lo que creen que los adultos quieren oír. Así, incluso que los niños experimentan siempre tendrá algo misterioso para nosotros.
Como adultos, tomamos las decisiones y decidimos que ilustraciones son adecuadas para ellos aunque nos cueste mucho conservar la capacidad mágica de leer las imágenes que parecen tan naturales para los niños.